El nuevo trabajo de Oriol Paul, director de «Los renglones torcidos de Dios«, se ambienta en la novela «La última noche de Tremore Beach», de Mikel Santiago y gran parte se ha rodado en Puerto de Vega, simulando la localización de un pueblecito marinero de las costas Irlandesas. El film estará protagonizado por Javier Rey (Hache) y Ana Polvorosa (Las chicas del cable).
El nuevo thriller cuenta la historia de Peter Harper, un prestigioso compositor de bandas sonoras que, tras un traumático divorcio, se refugia en un rincón perdido de la costa de Irlanda para recuperar la inspiración. La casa de Tremore Beach, aislada en una enorme y solitaria playa, parece el lugar indicado para lograrlo. Sin embargo, una noche dominada por una gran tormenta cambiará por completo su plácida vida.
Puerto de Vega se volcó hace semanas en los casting de figurantes. La pasada noche del 21 de Abril comenzó oficalmente el rodaje de la nueva película y entre las 19 y las 6 de la madrugada, varios vecinos participaron en la grabación de la secuencia que recreaba un concierto de rock, algo que la localidad, inundada del ‘espíritu Unirock’, conoce muy bien.
Afortunadamente, la serie requiere también la ambientación de la víspera de la Telaya, las fiestas patronales en las que los vecinos y visitantes arropan a las decenas de gigantes y cabezudos que se escapan bailando de la rula (o lonja), lo que permitirá que nuestras tan queridas fiestas las puedan disfrutar millones de espectadores en todo el mundo desde la comodidad de su sofá a través de la plataforma Netflix.
Para ello, la Comisión de Fiestas Nuestra Señora de la Atalaya ha pedido la colaboración de los vecinos, «de gente de Veiga que sabe de que va la víspera y la vive con intensidad», aasegurando además que «Sería una pena que tengan que meter gente de fuera que no sabe de esto para rellenar»
Durante el Rodaje, todo el pueblo acogió con la hospitalidad que nos caracteriza a los más de medio centenar de profesionales que hizieron posible que nuestro Pueblo se haga aún mas famoso.
La grabación de la serie de Netflix finalizó coincidiendo con el final del puente de mayo lo que permitió a Veiga disfrutar de nuevo de la paz y la tranquilidad que tiene en su día a día.