Foto de Portada: Jaume Meneses
Ruta por el Prerrománico Asturiano en 3 días: Un viaje inolvidable desde Puerto de Vega
Asturias esconde un tesoro único en el norte de España: el prerrománico asturiano, un conjunto monumental declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO que representa los orígenes del arte medieval en Europa. Esperamos que hayais disfrutado con la visita a Oviedo del Día 1 conociendo los impresionantes monumentos de la capital.
Como arte prerrománico se entiende el conjunto de obras realizadas durante los siglo VIII, IX y X en el terreno de la pintura, la escultura y muy especialmente la arquitectura, en las que se fragua el lenguaje formal del arte románico pleno. Trata de un estilo arquitectónico original y singular y como tal fue identificado por el ilustrado Melchor Gaspar de Jovellanos (1744-1811), al calificarlo como “Arte Asturiano”, reconociendo así su excepcionalidad y su vinculación con el territorio del Reino de Asturias.
Punto de partida: Puerto de Vega, tu base ideal para descubrir el Prerrománico
Si tu aventura comienza aquí, en Puerto de Vega, entonces estas de suerte. Veiga es una pintoresca villa marinera del occidente asturiano, conocida por su encanto tradicional y su autenticidad. Aquí se encuentran nuestros Pisos Turísticos Las Nisas, un alojamiento perfecto para una escapada cultural en contacto con la naturaleza, el mar y la historia.
Desde Pisos Turísticos Las Nisas en Puerto de Vega, esta ruta del prerrománico asturiano está pensada para que explores lo mejor del patrimonio cultural de Asturias en pocos días. Ideal para una escapada de historia, naturaleza y gastronomía, esta propuesta pone en valor una de las joyas menos conocidas de Europa.
Día 2: Rutas rurales del centro de Asturias
El segundo día se centra en visitar iglesias ubicadas en entornos rurales de enorme belleza. Para ello nos desplazaremos hacia el interior y el sureste de Asturias Visitando las localidades de
Desde los Pisos Turísticos Las Nisas en Puerto de Vega, puedes llegar al primer punto de nuestra ruta en aproximadamente 1 hora y 10 minutos en coche (unos 95 km) por la autovía A-8, convirtiéndola en una excelente opción para comenzar el segundo día. Al estar tan cerca de Oviedo, pudiera haber sido también un punto a tener en cuenta en el itinerario del día 1.
Puntos clave del día:

San Pedro de Nora (Las Regueras)
Foto: Ángel M. Felicísimo from Mérida, España
A orillas del río Nora, rodeada de prados y bosques típicos del centro asturiano, se encuentra la iglesia de San Pedro de Nora, uno de los templos más antiguos y representativos del prerrománico asturiano rural. Situada en el concejo de Las Regueras, a pocos kilómetros al oeste de Oviedo, esta iglesia es menos conocida que sus hermanas urbanas, pero ofrece una experiencia auténtica y evocadora para quienes buscan sumergirse en los orígenes del Reino de Asturias.
La cronología exacta de San Pedro de Nora no está completamente clara, pero los historiadores coinciden en situarla a principios del siglo IX, probablemente durante el reinado de Alfonso II el Casto, aunque no se descarta que parte de su construcción se completase en tiempos de Ramiro I.
Fue consagrada como iglesia parroquial rural y se mantuvo en uso desde la Alta Edad Media hasta hoy. A pesar de diversas reformas, especialmente tras su incendio en la Guerra Civil, la reconstrucción posterior respetó al máximo el diseño original.
Estilo: Prerrománico asturiano, con rasgos similares a San Julián de los Prados.
Planta: Basílica de tres naves separadas por columnas, con tres ábsides rectangulares alineados en el testero oriental.
Cubierta: Techumbre de madera en las naves y bóvedas en el transepto.
Fachada occidental: Presenta una espadaña añadida en época posterior (románica o moderna).
Materiales: Sillarejo en muros, reforzado con sillares en esquinas y vanos, típico del estilo asturiano.
Su estructura es muy similar a la de San Julián de los Prados (Santullano), lo que refuerza la hipótesis de que fue erigida bajo influencia directa del poder real ovetense.

Santa Cristina de Lena (Lena)
Foto: Angel M. Felicísimo, Flickr
En un pequeño promontorio rodeado de verdes valles, al sur de Asturias, se encuentra Santa Cristina de Lena, una de las joyas más enigmáticas y hermosas del prerrománico asturiano. Su ubicación aislada, sus formas compactas y la singularidad de su interior la convierten en una obra única en toda Europa. Declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO, es una parada imprescindible para los viajeros que buscan autenticidad, paisaje y arte en su máxima expresión.
Santa Cristina de Lena fue construida hacia el año 852, en tiempos del rey Ramiro I, aunque su origen exacto sigue siendo objeto de debate entre historiadores. A diferencia de las iglesias de Oviedo o Nora, esta no forma parte de un conjunto palaciego ni urbano, sino que se erige en un paraje solitario, sobre una antigua calzada romana, lo que le otorga un aire espiritual y estratégico al mismo tiempo.
Se cree que pudo estar vinculada a una comunidad monástica o a una residencia noble rural. La riqueza simbólica de su arquitectura interior sugiere una función litúrgica compleja y de gran importancia religiosa.
A pesar de sus reducidas dimensiones, Santa Cristina de Lena ofrece una complejidad estructural sorprendente.
Planta: En forma de cruz latina, con una sola nave longitudinal y un crucero que se prolonga en pequeñas capillas a los lados y en el testero.
Ábside único y elevado, accesible por un tramo de escalones, símbolo de la sacralidad del altar.
Iconostasis monumental: estructura de piedra que separa el altar de los fieles, decorada con celosías originales y columnas con capiteles reutilizados (probablemente visigodos).
Cubierta: Bóvedas de cañón y techumbre de madera a dos aguas en la nave principal.
Materiales: Mampostería de piedra con refuerzo de sillares.
Lo más destacado: La iconostasis es única en toda la arquitectura cristiana occidental. No hay nada igual fuera del ámbito asturiano, lo que convierte esta iglesia en un ejemplo excepcional de liturgia y simbolismo.

Santo Adriano de Tuñón (Santo Adriano)
Foto: Jaume Meneses
El templo se encuentra en la parroquia de Tuñón, dentro del concejo de Santo Adriano, en el inicio de la popular Senda del Oso, una antigua vía ferroviaria reconvertida en camino natural. El paisaje, las montañas que la rodean y el murmullo del río hacen que la experiencia de visita sea tranquila, introspectiva y profundamente asturiana.
La iglesia de Santo Adriano de Tuñón, uno de los templos más antiguos del prerrománico asturiano. Fundada en el siglo IX, esta iglesia combina historia, espiritualidad y naturaleza, siendo una parada perfecta para quienes buscan un encuentro íntimo con los orígenes del Reino de Asturias.
La iglesia de Santo Adriano de Tuñón fue consagrada el 24 de enero del año 891 por orden de Alfonso III el Magno y su esposa Jimena. Está documentado en una inscripción fundacional en el interior del templo, lo que la convierte en uno de los pocos edificios prerrománicos con fecha de construcción confirmada.
Su función fue tanto religiosa como monástica, y durante siglos estuvo asociada a una comunidad benedictina. El templo fue reformado en el siglo XII en estilo románico, pero conserva gran parte de su estructura original altomedieval.
Aunque con intervenciones posteriores, Santo Adriano de Tuñón mantiene la esencia del estilo prerrománico asturiano:
Planta: Basilica de tres naves separadas por columnas con arcos de medio punto, culminando en un ábside rectangular triple.
Materiales: Sillarejo de piedra y refuerzo de sillares en las esquinas.
Cubierta: Bóveda de cañón sobre el presbiterio; naves cubiertas con techumbre de madera.
Decoración: Muy austera, con predominio del simbolismo sobre lo ornamental.
Uno de sus elementos más interesantes es la inscripción fundacional en caracteres visigóticos, visible aún hoy en la parte superior del muro de la nave.